Es que en cetosis las grasas no aportan 9 kcal por gramo.
Es que eso lo dice Atkins:
Las cetonas que hay en su orina y en su aliento representan
calorías liberadas de un modo incompleto. Eso significa que cuando usted emite cetonas
está eliminando calorías del cuerpo. Ésta es una de las razones por las que puede usted comer más calorías de las que quema y,
mientras no haya carbohidratos en su dieta, seguir perdiendo peso.
Las cetonas son el secreto de este aparente truco mágico de la bioquímica.
Cada día son eliminadas centenares de calorías de su cuerpo en forma de cetonas y toda otra serie de moléculas de grasa no utilizadas por completo.
Está eliminando todas esas calorías
no mediante el trabajo o ejercicios violentos, sino tan sólo con respirar y dejar que funcionen sus ríñones. Y todo eso se logra con sólo disminuir la cantidad de carbohidratos
POR QUÉ NO PERDIERON PESO LAS PERSONAS QUE SEGUÍAN UNA DIETA DE MIL CALORÍAS Y TODA CLASE DE CARBOHIDRATOS? Buscando el mecanismo que causaba este resultado, analizaron la orina de los pacientes que se hallaban sometidos a diferentes dietas y no encontraron HMG (Hormona Movilizadora de Grasas) presente durante el tiempo de dieta en los casos que contenían carbohidratos, pero sí gran cantidad de la misma en la orina de los pacientes sometidos a dieta compuesta o bien exclusivamente de grasas o de grasas y proteínas, pero sin ningún carbohidrato. En otras palabras, la HMG es una sustancia natural del cuerpo humano que sólo se produce
cuando la dieta no contiene nada de carbohidratos, o muy poca cantidad. Y su presencia en la orina indica que el individuo está utilizando las acumulaciones de grasa de su cuerpo como combustible corporal. Lo que se halla en la orina es lo que sobra después de haber hecho su trabajo de utilizar las reservas de grasa.
¿QUÉ ES UNA CALORÍA? La caloría es una unidad de calor (o de energía). Tal como los centímetros son unidades de longitud, las calorías miden la cantidad de calor (y por consiguiente de energía) que suministrará
un determinado alimento o bebida. Específicamente es la cantidad de energía que se requiere para elevar la temperatura de un gramo de agua de
cero a un grado centígrado. Multiplíquese esto por mil y se tiene la kilocaloría, o sea, la caloría tal como la conocemos hoy en día.
LAS CALORÍAS DE FUERA DEL CUERPO PUEDEN SER MEDIDAS DE MODO EXACTO. La teoría de las calorías se ha mantenido firme durante casi dos siglos, desde que el renombrado físico francés Antoine Lavoisier formuló
sus leyes de la termodinámica. La energía calorífica no puede ser creada de la nada, afirmó. Desde aquel día en adelante los médicos adaptaron esto
de la siguiente manera: las calorías que entran igualan a las calorías que salen. De lo contrario debe producirse necesariamente un incremento o una pérdida de peso. Ya en 1760, Joseph Black había diseñado un calorímetro,
un aparato para medir esas unidades de energía. De este modo, cuando usted lee en la etiqueta de una botella de refresco de régimen que
contiene una caloría, usted puede creérselo. Pero, ¿qué hay de la otra parte de la hoja de balance de las calorías? ¿Qué pasa con las calorías
que regularmente quema su cuerpo? ¿Cómo son medidas éstas?
No son medidas en forma directa.
Son medidas por inferencia. Los- únicos datos mensurables son la cantidad de oxígeno que usa el cuerpo, la cantidad de bióxido de carbono emitida, los cambios en la temperatura corporal, etc. Usando una fórmula fija puede ser calculada su emisión calórica, es decir, la cantidad de energía calorífera que usted usa normalmente...
siempre que todos los otros factores sean mantenidos constantes. Una de las cosas que se mantiene constante es la composición de la dieta.
En otras palabras, nunca fueron probadas dietas de una
composición distinta. Y, a pesar de esto, ésa es la base del dogma de las calorías.
En diecisiete semanas Herb perdió treinta y ocho kilos y medio...
y esto mientras estaba comiendo tres mil calorías por día. Eso no es ninguna pérdida a corto plazo. Ahora, veamos los datos: si Herb pierde dos kilos
y cuarto por semana y si un kilo de grasa representa siete mil calorías, entonces 2,5 X 7.000 = 17.500 calorías por semana, 2.500 calorías por día.
¡ Para explicar este fenómeno usando la teoría de las calorías, Herb tendría que quemar 3.000 + 2.500 calorías, es decir, 5.500 calorías, por día! Pero Herb tiene un metabolismo basal normal y un trabajo sedentario como agente de una inmobiliaria. El cálculo más exagerado de su gasto calórico no puede exceder a las 3.000 calorías por día. ¿Dónde van las otras 2.500 calorías diarias? No se olvide de que Herb había ganado peso, llegando
hasta los 166 kilos,
con el mismo metabolismo y sin comer más de 3.000 calorías por día. Y no recibió medicación en tanto perdía esos 38,5 kilos. Ni era más activo físicamente mientras perdía ese peso.
El cálculo del flujo de calorías hacia el exterior se basa en la suposición de que la grasa, tal como es quemada en el cuerpo, es degradada totalmente (bioquímicamente descompuesta) para suministrar todo el calor potencial (energía) que contiene (los productos finales son las sustancias básicas, el bióxido de carbono y el agua). Si alguna porción de la molécula de grasa saliese del cuerpo en otra forma que contuviese una energía potencial, quedaría demostrado que la teoría de las calorías estaba equivocada. Ya conocemos a nuestras maravillosas amigas las cetonas y cómo son excretadas en la orina. Las medimos con las tiras que se vuelven púrpura. Los doctores Kekwick y Pawan, en su investigación pionera, fueron los primeros en indicar que de esta manera se excreta una cantidad significativa de energía latente. En una dieta con bajo contenido
de carbohidratos se pierde
casi tres veces más energía, en la orina y en los excrementos, principalmente en forma de cetonas, que en una dieta alta en
carbohidratos.
También es excretada una cantidad significativa de cetonas a través del aire que respiramos. Así que se eliminan más cetonas con sólo respirar incluso de las que Kekwick y Pawan tuvieron en cuenta en su estudio
No se ha hecho ningún estudio para demostrar la razón completa del porqué uno puede comer todo lo que desea y, a pesar de esto, perder peso. Esos estudios deberían ser realizados ahora mismo y, de ser así, probablemente moriría la vieja teoría de las calorías y aparecería una nueva, expresada
así:
Las calorías que entran en el cuerpo equivalen a las calorías usadas, más las calorías excretadas sin haber sido utilizadas.
Y creo que la vieja guardia está comenzando a debilitarse ya. La
Revista de Nutrición, que en gran parte la subvencionan los fabricantes de carbohidratos refinados, le pidió al profesor D. A. T. Southgate, de Cambridge, Inglaterra, una de las más importantes autoridades mundiales en el campo de las calorías, que escribiese un artículo original para ser publicado por ella. Su conclusión: «Durante los últimos años se han acumulado evidentes, procedentes de un cierto número de fuentes, que
muestran que el simple cálculo de la energía metabolizable de una dieta es inadecuado para explicar las observaciones de los equilibrios energéticos
y los cambios de peso en el cuerpo.» Y afirma que hay evidencias definidas de que son las
proporciones relativas de las proteínas, grasas y carbohidratos de la dieta lo que determina el flujo hacia el
exterior de calorías.
Pero la mayor parte de los doctores, y casi todo el público, siguen siendo víctima del viejo engaño de las calorías.