Bueno... voy a comentaros un poco por encima. No me va a ser demasiado fácil resumir. Sé que no tiene absolutamente nada que ver con la musculación, pero habrá a quien le interese. Además, contándolo me relajo.
VIERNES, día suavecito.
Llego al centro a las 8 de la tarde del viernes. El educador me advierte: la cena es la pueba de fuego. Vamos a la cocina el otro educador, los dos vigilantes de seguridad y yo. Los 20 chavales se sientan a comer. Son, en su mayoría marroquies y muchos apenas hablan castellano. Durante la comida recibo un tomatazo en la espalda pero me tranquiliza que mi compañero reciba otro.
Fin de la cena. Se recoge y los chavales están 4 horitas antes de irse a la cama. Cuando están en las habitaciones, a las 12 de la madrugada, un vigilante descubre a uno en la ventana esnifando disolvente. Subimos y el chico se pone muy agresivo. Le sacan del centro y esperamos a que se relajen. Confiscamos una navaja. Duermo 4 horas y media. Dia tranquilo.
SABADO, se calienta un poco la cosa.
El desayuno y la mañana trascurren transcurren con tranquilidad. La comida ya es otra historia: un menor está colocado de disolvente y la lía en el comedor. Los vigilantes le reducen y se lo llevan. Me quedo yo sólo en el comedor con algunos de los menores. Están muy alterados y recibo 2 vasazos en la cabeza... por suerte los cubiertos y la vajilla es de plástico (hace unos meses un menor le clavó un tenedor entre las cejas a un vigilante y le hizo una brecha). Me pongo un poco nervioso y adopto una postura agresiva y tajante. Como me da resultado pienso que es la clave.
Comienza el momento de las pagas. Se les da una asignación semanal y un ticket de tren para que puedan ir a Donosti si quieren. Siguen muy alterados, yo también. Me piden la paga de forma muy maleducada y yo respondo de forma tajante otra vez, pero esta vez no me da resultado y se me encaran varios chavales. Me empujan y estoy a un paso de perder el control. Yo también empujo y la cosa se va calmando, aunque el menor me amenaza de muerte un par de veces durante la tarde.
La cena es muy tranquila. Solo hay tres menores en el centro porque el resto tenían permiso para ir a Donosti de fiesta. Me hacía mucha falta un poco de paz. Duermo bien durante 5 o 6 horas.
DOMINGO, Heavy duty
La mañana tranquila. Los menores han hecho gaupasa y muchos aún no han llegado. A uno le ha traido la policía: le habían cogido robando. Los que van viniendo van a la cama sin dar problemas.
A las 12 la Ertzaintza nos trae un menor que teníamos nuevo en el centro. Le han pillado metido en un coche. Se encara con la policía varias veces. Es un menor que no nos corresponde a nosotros tenerlo así que le convencemos para que se pire. Después de la comida nos damos cuenta de que se quiere mangar una mochila del centro. Le advertimos que no puede hacerlo pero se pone muy agresivo y los vigilantes tratan de reducirlo (no se le puede pegara un menor, solo reducirle, agarrándolo), es un chico muy fuerte y consigue pegarle un cabezazo a uno de los vigilantes (le revienta el labio). Llamamos a la Ertzaintza y cuando esta viene la cosa se calma. También se pide una ambulancia para el vigilante. La Ertzaintza nos advierte que no se puede arrestar a el menor y que lo que hagamos con él no les compete a ellos, pero por suerte la herida del vigilante precisa de puntos y -por ello- la agresión se convierte en delito. Detienen al chaval.
Cena tranquila.
Ya se que me he pasado 20 pueblos, lo siento... pero bueno, ahora mismo no tengo a nadie para contárselo... lo siento, pero me ayuda mucho soltarlo