Según los antropólogos, existen tres factores fundamentales en las relaciones de género humanas y son DESEO, ATRACCIÓN Y VINCULO.
El deseo lo marca el inconsciente y toda su parafernalia endocrinológica, cuya inducción puede ser interna (espontánea y obedeciendo a estímulos puramente hormonales) y externo (provocado por estímulos ambientales del entorno), es decir, o te vienen las ganas de sexo porque sí o te la provocan.
La atracción la marca el subconsciente, donde subyacen todos los preceptos y cánones almacenados en la memoria (significatividad), a través de la cultura y de las relaciones sociales, como son los arquetipos de belleza y el sentido cultural de simetría (pedazo de cuerpo bien musculado y estético, tanto él como ella) y todas las consideraciones sobre la personalidad y sus virtudes psicológicas y los valores sociales (sensibilidad, educación, inteligencia, sentido del humor, romanticismo, apasionamiento, capacidad para el diálogo y para la seducción, tolerancia, respetuosidad, generosidad, solidaridad, empatía, lealtad, etc).
Y el vínculo se establece desde el consciente y pretende mantener una continuidad en la relación, en gran parte, en base a los intereses creados, homogamia (igualdad socio-económica y cultural), hipogamia (mantener relación con una persona cuya dotación socio-económica y cultural es inferior) e hipergamia (mantener la relación con una persona cuyo nivel socio-económico y cultural es superior).
Hasta ahora en que la mujer ha logrado casi la igualdad en relación a los hombres, ha estado realizando vínculos de hipergamia (utilizando el deseo y la atracción) y quizás esto ha sido un factor importante en las desigualdades de género y el hombre ha realizado la hipogamia, quizás para eludir las barreras del deseo y la atracción.
En resumen: el deseo nos mueve a buscar pareja, la atracción nos lleva al enamoramiento y el vínculo establece la continuidad en el tiempo y la consolidación de la pareja.
No siempre estas consideraciones antropológicas son las que intervienen en el fenómeno sexual, de ello está plagada toda la bibliografía histórica y literaria del mundo rosa.
Se dice que el hombre elige pero la mujer selecciona, jejejeje
Saludos