Bueno, resuelto el problema de interpretación que tuvimos acá con el compañero, vamos al caso concreto.
Es común sentirse agotado de más por el entrenamiento y sentir que es necesario dar una parada.
El caso es que una pérdida de peso significativa es un factor importante en esa situación.
Lo que yo veo es lo siguiente:
Una complexión natural relativamente robusta, no soporta un programa de pérdida de peso hasta un padrón "modelo fitness", sea vía dieta o vía ejercicio o combina de ambos. El fenómeno que comienza a acontecer es que, antes de quedar con el bajo nivel de grasa buscado comienzan a aparecer, por orden, los siguientes efectos
- cansancio
- baja de rendimientos deportivos
- baja de rendimientos laboral o académico
- lesiones, dolores, molestias articulares o musculares
- baja en la inmunidad
También se da, paralelamente, si es que la pérdida de peso continúa, una pérdida de mayor proporción de masa magra que de reservas adiposas.
Entonces, en primer lugar, el descanso sí es conveniente, no sé si 5 días exactamente sin hacer nada porque eso cada quien lo ve según como se siente, pero según los datos no es más que la parte digamos más "de emergencia" de la situación.
La idea sería reestudiar alimentación (mejorarla, parar de querer perder peso) y el ejercicio (hacer el suficiente para estar bien, pero no matarse a batir records sean de resistencia velocidad o dominadas). Poner alimentación y ejercicio al servicio de la salud.
Más adelante, disponiendo de un gimnasio, es posible encarar primero un programa de fortalecimiento y desarrollo muscular (sin engordar) y todavía más a largo plazo buscar niveles notables de bajo porcentaje de grasa.