Había un locutor en la televisión alemana que se hizo famoso por la frase con la que terminaba el noticiario: “ que tenga una noche tranquila” Tal vez pensaba que las noticias no habían sido tan buenas y ¿podían robar el sueño? Más probable es que este locutor realmente quería decir “que no pase la noche junto a un roncador”. Es un hecho comprobado que aprox. un tercio de las personas roncan y que con sus ronquidos aparentemente inofensivos, ponen en riesgo no sólo su propia salud sino también la de su compañero de cama.
La escena es muy conocida: mientras su esposo duerme en paz y tranquilidad, ella se da de vueltas en la cama, no puede dormirse debido a los fuertes ronquidos de su esposo. Hay veces que su cabeza ha caído en el cojín y a penas ha conseguido conciliar el sueño que los ronquidos de su compañero se vuelven todavía más fuertes.
El 70 % de los hombres empieza a roncar conforme avanza la edad. Cuando dormimos los músculos guturales se relajan y el velo del paladar ondea con el ritmo de la respiración y si las vías respiratorias están afectadas debido a una gripa es muy probable que surja el ronquido. Nuestra pareja no sabe que el cuerpo, aparentemente relajado, está realmente estresado. Un roncador normal no pasa de quitarle el sueño sobre todo a su compañera de cama, hay veces que interrupte también el sueño de otros habitantes de la casa, pero el caso de un roncador, que sufre de apnea, es más delicado, ya que las vías respiratorias se encuentran bloqueadas y pueden provocar una interrupción de la respiración. El cuerpo da la alarma y produce adrenalina, el cerebro recibe la señal y ordena: ¡despierta! ¡respira! La persona despierta, toma aire y continúa durmiendo, el problema es que esta situación se repite varias veces en la noche y así el descanso nocturno tan esperado nunca llega.
Valoramos lo que significa pasar una buena noche a más tardar cuando tenemos una noche tras otra sin dormir bien. Estados de intranquilidad debido a nerviosismo y cansacio provocan falta de concentración y problemas de memoria. La capacidad de carga física y psicológica disminuye. Llevar una vida con actividad física propicia el sueño tranquilo, pero desgraciadamente son exactamente los que sufren de apnea, a quienes les falta la motivación para dedicarse a practicar un deporte. El sentirse constantemente cansado durante el día es un martirio y tiene consecuencias graves para la salud, y lo que es peor, no sólo para el roncador sino también para su compañera de cama.
La paz noctura puede regresar a la recámara con ayuda de remedios caseros. Coloca un cojín grande abajo de la espalda para que soporte el cuerpo y proporcione la tensión requerida. Algunos expertos recomiendan cocer un balón en la parte trasera de la pijama para evitar a toda costa la posición de espaldas, ya que esta posición puede propiciar el ronquido. Otro buenos consejos son evitar el alcohol en la cena, hacer deporte y airear el cuarto antes de ir a la cama. Si aun así la tan esperada noche tranquila no llega, entonces se puede fijar la mandíbula con ayuda de una banda elástica que se consigue en las farmacias. De esta manera se interrumpe el flujo de aire que pasa por la boca abierta, el cual es responsable del sonido del ronquido.
El ronquido puede darse también debido a anginas enormes y a malformaciones de la pared del tabique nasal. En este caso, los remedios caseros no son de gran ayuda, pero sí una intervención quirúrgica. Los pacientes que durante el sueño tienen fases de apnea e interrumpen la respiración, pueden utilizar una máscara contra el ronquido. Esta máscara lleva una manguera, parece parte de un equipo de unidad intensiva, sin embargo, es efectiva, ya que el aumento de presión en las vías respiratorias impide el ronquido, que es la consecuencia normalmente de la relajación de la musculatura. El roncador y compañía tendrán una noche de paz.
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