Nadar los diferentes estilos que hoy conocemos, es realmente un fenómeno muy "moderno“. El ser humano posee los llamados "reflejos inatos para nadar“, útiles para áquellos que no saben nadar y parecidos a los movimientos del perros en el agua, con los cuales uno se puede sostener sobre el agua por poco tiempo. Los estilos – crawl, pecho, espalda o delfín – fueron descubiertos en los últimos 100 años. La forma más rápida de moverse en el agua es el crawl. A través de la acción alternante de los brazos y la acción coordinada de las piernas, se crea un movimiento fluido y continuo. Por último, la baja resistencia frontal del agua permite deslizarse más rápido en este estilo de natación que en cualquier otro. Al contrario del estilo pecho, basta girar la cabeza cuando se tiene que respirar; expirar se hace ya dentro del agua. Habrá notado que cuando el estilo es libre, no hay ninguna indicación que insinue : "estilo crawl“. Sin embargo en estos campeonatos, cuando la única condición es que por lo menos una parte del cuerpo sobresalga del agua durante la competencia, eligen todos crawl por ser el más rápido.
El movimiento fluido de este estilo parece más bien simple para un experto. Pero el principiante que se aventura a probarlo, notará para su mayor sorpresa, que no es tan fácil como parece. La acción de las piernas se domina en poco tiempo; las piernas y los pies se estiran y las piernas se mueven a partir de la cadera tan rápido como posible de arriba hacia abajo. Al bajar la piernas, la rodillas se flexionan ligeramente a unos 30 cm de profundad. Entre menos agua salpique, mejor la técnica. Los movimientos de las piernas se coordinan con los de las manos, el nadador se imagina que las manos trazan alternativamente grandes círculos. Para ésto se sumerge primero la mano en el agua y después todo el brazo. El brazo que se encuentra en el agua, se jala con fuerza hacia atrás, después oscila el brazo fuera del agua hacia adelante. Y no olvidar que para ahorrar energía, todo este movimiento debe de ejecutarse muy cerca del cuerpo y con el brazo formando un ángulo. A los principiantes se les recomienda practicar primero los movimientos con un solo brazo y sujetar una tabla con el otro brazo. Para respirar, hay que girar la cabeza exactamente hacia el lado del brazo que se encuentre por debajo del agua.
Hay algunos errores típicos de principiantes que hay que corregir desde el comienzo. Al mover los pies, éstos no deben chocar contra la superficie del agua, lo ideal es salpicar lo menos que se pueda, pues así, solamente se pierde energía. El agua únicamente debe borbotear. Hay que tener cuidado de que las manos no se arqueen al sumergirlas, ya que el agua opone así más resistencia y ésto nos frena. El cuerpo además tiene que estar en posición horizontal en el agua. Los movimientos de los brazos no tienen que „jalar“ al resto del cuerpo, es decir, el cuerpo no debe balancearse de un lado para el otro. Una gran ventaja de la natación es que aún cuando no se lleven a cabo los movimientos al pie de la letra, las articulaciones y huesos no estarán jamás expuestos a una lesión como sería el caso durante un movimiento mal ejecutado en el gimnasio. Pero eso sí, estamos gastando demasiada fuerza en vano y puede ser bastante embarazoso.
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