Lesiones musculares – las causas, prevención y terapia

Lesiones musculares – las causas, prevención y terapia

Los meniscos, estructuras en forma de medialuna (del griego meniskos, media luna), son fundamentales para la salud de la articulación de la rodilla. Están ubicados entre el fémur y la tibia, y su función principal es amortiguar impactos, reducir la fricción y aumentar la estabilidad articular. Además, actúan como frenos durante movimientos de rotación, lo que los hace especialmente vulnerables a lesiones.

Función y vulnerabilidad de los meniscos

Los meniscos son cartílagos elásticos que absorben las cargas durante actividades físicas. Sin embargo, debido a su conexión con los ligamentos, no pueden realizar movimientos independientes. Esto los predispone a desgarros, especialmente durante giros bruscos o movimientos súbitos.

Las lesiones meniscales pueden ser traumáticas (por accidentes deportivos) o degenerativas (por desgaste progresivo). Con el tiempo, el uso excesivo de las rodillas provoca un adelgazamiento de los meniscos, aumentando el riesgo de desgarros incluso en movimientos simples, como levantarse después de estar en cuclillas.

Deportes de riesgo

Actividades como el fútbol, balonmano, tenis y squash, que implican movimientos rápidos y giros con las rodillas semiflexionadas, son especialmente riesgosas. También el esquí, el judo y la lucha libre presentan un alto índice de lesiones meniscales debido a las exigencias mecánicas de estas disciplinas.

Prevención de lesiones meniscales

La prevención es clave para reducir el riesgo de lesiones en los meniscos. Las medidas incluyen:
• Técnica adecuada: Una ejecución correcta de los movimientos es crucial, especialmente en deportes como el fitness y el entrenamiento de fuerza, donde los movimientos incorrectos pueden generar sobrecargas en las rodillas.
• Ejercicios de equilibrio: Fortalecer los músculos estabilizadores mejora la resistencia de la articulación.
• Rehabilitación adecuada: Después de lesiones previas, es esencial corregir desequilibrios musculares y trabajar en la estabilidad de los ligamentos.

Tratamiento: De lo conservador a lo quirúrgico

Cuando ocurre una lesión meniscal, el tratamiento dependerá de su gravedad y localización:
• Conservador:
Pequeños desgarros pueden manejarse con fisioterapia, fortalecimiento muscular y restricciones temporales de carga. Sin embargo, debido a la escasa irrigación sanguínea de los meniscos, la curación completa sin cirugía es poco común.
• Quirúrgico: La artroscopia es el método más común. Mediante pequeñas incisiones, se inspecciona la rodilla y, si es necesario, se sutura el menisco o se eliminan las partes dañadas. Actualmente, se prioriza conservar la mayor parte del menisco para reducir el riesgo de artrosis a largo plazo.

Rehabilitación y regreso al deporte

La rehabilitación tras una cirugía meniscal incluye:
1. Recuperación de la movilidad: Ejercicios suaves para restaurar el rango de movimiento.
2. Fortalecimiento muscular: Un enfoque especial en los músculos del muslo (cuádriceps e isquiotibiales) para estabilizar la rodilla.
3. Reincorporación gradual: Evitar actividades de alto impacto hasta que la articulación esté completamente recuperada.

Un vendaje elástico o una rodillera puede ser útil para brindar soporte adicional. Además, deportes de bajo impacto como la natación o el ciclismo son recomendables durante la fase de recuperación y como alternativa a largo plazo si los meniscos están parcialmente o totalmente extirpados.

Consecuencias a largo plazo

La pérdida parcial o total de un menisco aumenta significativamente el riesgo de desarrollar artrosis, ya que la protección natural contra el roce entre huesos se ve comprometida. Por ello, los deportistas deben evaluar cuidadosamente su regreso a actividades de alto impacto.


Cuidar de los meniscos no solo es vital para los deportistas, sino también para cualquier persona activa. Consultar a especialistas, realizar ejercicios preventivos y respetar los tiempos de rehabilitación son pasos esenciales para mantener la salud articular a largo plazo. Si experimentas molestias en las rodillas, no dudes en buscar atención médica para prevenir complicaciones mayores.

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