Quien no escuchó el dicho de las abuelitas cuando en la mañana no querías beber leche con pan: “el desayuno es la comida más importante del día” o “ desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”
Efectivamente – hoy en día muchas personas tienen mucha hambre al levantrse por la mañana. Pero por otro lado a una parte considerable de la población no les da hambre por la mañana. A este tipo de personas no se les antoja nada por la mañana, no sienten simplemente hambre.
Es cierto que varias personas que pertenecen al segundo grupo experimentan la misma situación: estrés ya por la mañana. Quien se olvida del desayuno para poder dormir más tiempo, va a luchar contra el reloj ya antes de pararse, se topará con un tráfico horroroso, tomará el camión por pura suerte, no encontrará lo que se va a poner ese día, la lista de contratiempos es interminable. Y así la primera comida del día, si es que se le puede llamar desayuno, tiene lugar en el trabajo o en el camino al trabajo.
¿En qué consiste el desayuno?
¿ A qué le llamamos un desayuno? Es cierto que no pude encontrar algún estudio referente a este tema pero sí encontré unas pequeñas encuestas en los blogs o en las páginas web de las escuelas. La conclusión es la misma para cualquier caso y la situación se presenta de la siguiente manera: aproximadamente un cuarto de los encuestados come pan con mermelada o con nougat- nuez, otros toman cereales,otro cuarto simplemente bebe algo ( por lo general cacao, café, jugo, cappuccino o té), otra parte que equivale a un octavo de las personas tienen un desayuno basto, que incluye fruta, carnes frías, queso, etc. y otro octavo son las personas que se compran algo dulce en una tienda para el desayuno, si es que así se le puede llamar.
Llama la atención que en general la mayoría de la gente desayuna alimentos ricos en carbohidratos
No se trata en este artículo de hablar del lado negativo de los carbohidratos o de determinados alimentos o del estrés matutino y ni tampoco de cuestionar la creencia de que el desayuno es la comida más importante del día. Mi objetivo principal es señalar que si bien es cierto que desayunar puede ser razonable también es cierto que no tiene que ser así.
Yo soy un buen ejemplo. Entreno la fuerza con ambición y por lo demás soy una persona activa físicamente, por lo tanto requiero de bastante energía todos los días. Sin embargo aún después de dormir a pierna suelta no me da hambre por las mañanas. Al contrario mi estómago se queja si como muy temprano y me cobra caro si lo contradigo, pronto sentiré dolores de estómago y tendré problemas de digestión.
Por lo tanto, espero normalmente hasta las 10 o 11 de la mañana antes de probar el primer bocado que sea fácil de digerir. Es hasta entonce que puedo permitirme fruta, arroz o huevo revuelto. Si el entrenamiento tiene lugar por las mañanas (lo que normalmente es el caso) entonces mi primera comida fuerte del día se recorre hasta las 12 a.m. o más tarde.
...problemas con la digestión afectan al entrenamiento notablemente
Si yo siguiera los consejos de los mejores especialistas en nutrición, que recomiendan desayunos consabidamente ricos en carbohidratos, me tendría que conformar con un rendimiento notoriamente deficiente por falta de energía. Conmigo es exactamente lo contrario: si me atrevo a desayunar, entro en un estado de sosiego como standby y los problemas digestivos afectan mi entrenamiento notoriamente.
Me pregunto si tal vez vosotros habeís tenido las mismas experiencias en vuestra profesión o en vuestra actividad de ocio por la mañana. Sobre todo si teneís un trabajo estresante que no os deja tomar una pausa merecida para respirar y menos para tener un lunch o comida ya que hay que cumplir con los compromisos y ser puntual en todo. Y si podeís tomar un tiempo libre , normalmente es una pausa que apenas alcanza para comer algo rápidamente y que es por lo general el primer alimento rico en carbohidrato que encontramos para saciar el hambre o los antojos.
Si este tipo de situaciones son rutinarias, es tiempo de recapacitar. El cuerpo no tarda en responder a través de las hormonas sobre todo a los alimentos ricos en azúcares, hechos de harina, dulces, mermeladas y conrflakes con ataques repetitivos de antojo o hambre, da lo mismo, y pide algo dulce. Se crea un círculo vicioso: debido a un ataque de hambre recurrimos a alimentos azucarados, el azúcar provoca el aumento de la insulina y esto genera otro ataque de hambre y así sin fin.
Dejemos de lado los efectos negativos para la salud. ¿Deseas que sean tus hormonas las que decidan que comer?
¿En la mañana como un rey...!??
Quiero dejar claro que no es mi intención invitaros a dejar de desayunar. Sólo prentendo expresar que cada ser humano tiene necesidades diferentes que requieren que sean satisfechas de manera diferente.
Cuando empezé a interesarme por el tema “desayuno”, surgió en mi la pregunta de dónde viene realmente ese consejo de en “la mañana debemos desayunar como un rey”. No puedo acabar de entender el trasfondo de que varios alimentos se puedan conservar y por lo tanto almacenar en grandes cantidades desde relativamente hace poco tiempo (visto desde el punto de vista histórico).
Podrás leer las respuestas a estas cuestiones en la siguiente parte, en donde daré a conocer un test que os podrá permitir tener una idea de cómo debe de ser vuestro desayuno en el futuro.
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