Es fácil toparse en internet con mercados de todo tipo, entre ellos los que ofrecen innumerables aparatos que prometen transformar los couch-potatoes flácidos en verdaderos músculos, desarrollados a través de la estimulación eléctrica. La promesa: “ en tan sólo 6 semanas logre la figura tanto anhelada” – y sin ningún tipo de esfuerzo”. La verdad me quedé con bastantes dudas cuando escuché hablar por primera vez sobre un aparato llamado bodytec de la marca Miha. Con esta tecnología revolucionaria, entrenar la musculatura a través de impulsos eléctricos y mejorar la condición física es tan fácil como apretar un botón.
¿Así de fácil?... Algunas de mis dudas desaparecieron cuando leí que según nuevos estudios científicos de la Escuela Alemana de Deportes de Colonia así como de la Universidad de Bayreuth y de Erlangen – Nuerberg se ha podido comprobar la efectividad de la estimulación eléctrica con aparatos Miha bodytec. Uno de los descubrimientos de este estudio: pueden entrenarse efectivamente sobre todo los músculos más profundos de la espalda, abdomen y de los glúteos, indispensables para la estabilidad del tronco y que normalmente son muy difíciles de desarrollar con ejercicios de fuerza usuales. Otra ventaja: son suficientes 20 min. dos veces por semana para lograr los primeros adelantos. Esto suena de verdad muy tentador.
Decido darle un poco de diversidad a mis sesiones de entrenamiento y me decido por un entrenamiento con miha bodytec. La práctica hace al maestro. Obtengo una cita rápidamente, Stephan Berger, fisioterapeuta y entrenador profesional en ELIXIA Vitalclub en Bielefeld, ofrece a sus clientes un entrenamiento con miha bodytec. Al principio me da una pequeña introducción. Stephan me explica: “ Los aparatos de entrenamiento corporal miha bodytec están compuestos por una unidad de control, el chaleco funcional más un cinturón para la cadera con electrodos integrados para el pecho, espalda, abdomen y glúteos, además de almohadillas para la musculatura de los brazos y de las piernas así como de la ropa de fondo que transmiten los impulsos eléctricos”. La ropa y el chaleco me los pongo sin problemas. Sólo faltan humedecer las almohadillas para los electrodos. Stephan me ayuda a fijar todo correctamente y me conecta a través del cable a la unidad de control. Una vez con el equipo puesto podemos comenzar.
Empezamos con una secuencia corta para activar el metabolismo; siento un ligero hormigeo. Cuando me pregunta si los impulsos son muy fuertes, le contesto con un “nnnno...”. La electricidad tiene efecto al parecer también en mi diafragma. No he venido a charlar sino a entrenar. Después de unos minutos empieza el verdadero entrenamiento.
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