Las tinieblas reinan allá abajo. En el pozo Bruegman de Sondershausen cerca de Erfurt (Alemania) la luz de las pocas lámparas es demasiado tenue. El aire es extremadamente seco y caliente debido a la sal y a la casi inexitente corriente de aire en algunos lugares. La temperatura puede subir a 27 grados aun en los días de invierno más fríos. Aquí nada es como en la superficie de la tierra.
Olaf Kleinsteuber, corredor amateur, organisador del evento desde hace 7 años junto con innumerables voluntarios de su Asociación AS Impuls y SV Glueckauf Sonderhausen, advierte: “ principiantes no tienen nada que hacer aquí. En la profundidad reinan condiciones extremas. La humedad del aire es de 30 %, esto es sólo la mitad de las condiciones reinantes en la superficie de la tierra, el desafío es para corredores con mucha experiencia y bien entrenados. Bajo esas condiciones el cuerpo pierde más agua y los corredores sudan más. Quien quiera participar tiene que conocer muy bien su cuerpo”.
Curiosamente no es la emoción la que incita a los participantes sino la atmósfera tan particular. Es como un viaje de exploración a paso ligero. Algunos llevan en la frente lámparas, el cono luminoso vaga algunas veces por el techo de la mina otras veces a lo largo de las paredes en desniveles o simplemente penetra en la obscuridad. El suelo salobre está ya liso en algunos trechos por el paso de los wagones. En cuanto a las subidas y bajadas Kleinsteuber comenta: “ Algunas veces parece una excursión de montaña otras una excursión hacia un valle. Los corredores tienen que vencer 310 metros de altura. Así como hay subidas cortas y empinadas de hasta 20%, también hay bajadas penosas de hasta 1 km. de largo. “
Para este desafío fuera de serie se han tomado medidas especiales. Igual que para los corredores al aire libre el casco es obligatorio. Contra la deshidratación hay cada 2,5 km estaciones de agua y de fruta a lo largo del recorrido de 10, 5 km. Para los corredores de maratón normales se encuentran estas estaciones cada 5 km. Además están presentes 4 doctores, dos patrullan permanentemente el recorrido montados en mountainbikes. Los corredores tienen que darle 4 vueltas al circuito para triunfar sobre una longitud de 42,195 km.
Según el organizador a pesar de las condiciones, este maratón no es más peligroso que los normales. El récord de 3:09 horas lo tiene un hombre con un marcapaso. A sus 56 años Kleinsteuber es un corredor apasionado. El comenta: “Es necesario una experiencia de por lo menos 2 años para participar en cualquier tipo de maratón ya sea sobre o bajo la tierra. Pero hay que respetar 3 reglas para llegar a la forma física requerida: resistencia, velocidad y variedad de ejercicios. Gimnasia, natación, todo esto ayuda, así como visitas a la sauna regularmente y ejercicios de estiramiento. La intensidad se debe de ir aumentando poco a poco hasta llegar a 40 km a la semana en por lo menos 3 días a la semana.” No se deben de olvidar los chequeos médicos .
Si deseas participar en la próxima competencia en el Stollen ya debes de ir entrenando. La fecha para el “Maratón bajo tierra 2009” está cerca: 05 de diciembre. Para el que no pueda esperar tanto tiempo no debe perderse la carrera-cristal de 21km de longitud en noviembre en la misma mina. Se escuchará a más tardar el 14 de febrero en las profundidades de Sondershausen “¡en sus marcas, listos, fuera!”, cuando es el turno para los fanáticos de la mountainbike, 4 horas de “ciclismo en el centro de la tierra”
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