Cuando Pilates se convierte en un peligro

Cuando Pilates se convierte en un peligro

Imagem: Meng Tang auf Pixabay
La popularidad del método Pilates ha crecido de manera exponencial en los últimos años, convirtiéndose en una tendencia mundial en el ámbito del fitness. Sin embargo, esta euforia no está exenta de problemas. La principal preocupación radica en la figura del entrenador de Pilates, ya que, al no estar protegido el concepto, cualquiera puede autodenominarse instructor sin contar con la formación necesaria. Esta situación pone en riesgo la salud de los participantes y puede transformar un método originalmente beneficioso en una fuente de lesiones y problemas físicos.

El origen del problema: la falta de regulación

Joseph Hubert Pilates, el creador del método, desarrolló su técnica con el objetivo de fortalecer el cuerpo de manera equilibrada. Él mismo afirmaba que “después de 10 horas de Pilates uno se siente mejor, después de 20 horas se ve mejor y después de 30 horas tiene un cuerpo nuevo”. Sin embargo, la realidad actual puede ser muy distinta. Al no haber registrado ni patentado su método, Pilates dejó un vacío legal que ha permitido que cualquiera pueda ofrecer clases sin una capacitación formal.

En consecuencia, no existen normas claras que regulen cómo debe llevarse a cabo el entrenamiento ni requisitos específicos para los instructores. Esto ha generado una proliferación de cursos de fin de semana y entrenadores sin experiencia que, lejos de cumplir con los principios del método, lo distorsionan y ponen en peligro la salud de los alumnos.

Pilates mal practicado: un riesgo para la salud

Aunque los ortopedistas y expertos coinciden en que Pilates, cuando se practica correctamente, tiene enormes beneficios para la salud, advierten también sobre los riesgos de un entrenamiento inadecuado. Quienes padecen problemas en la región lumbar, por ejemplo, pueden agravar su condición si entrenan bajo la supervisión de instructores no calificados.

Ejercicios mal ejecutados pueden provocar hernias discales, vértebras dislocadas y otros problemas graves. Los foros en internet están llenos de testimonios de personas que han sufrido lesiones como resultado de una mala instrucción. A estas personas ya se les ha dado un nombre en los medios especializados: las “víctimas de Pilates”.

La importancia de una formación profesional

Para que un entrenador de Pilates pueda guiar adecuadamente a sus alumnos, es fundamental que cuente con una formación rigurosa. Los expertos recomiendan una capacitación que ronde entre 600 y 700 horas, en lugar de cursos express que prometen resultados en un fin de semana. Sin embargo, muchos gimnasios y centros de fitness permiten que entrenadores sin la preparación adecuada impartan clases a grupos demasiado grandes, a veces con más de 20 participantes.

Este enfoque masificado es un error grave, ya que incluso para un instructor experimentado, un grupo de 10 alumnos ya supone un desafío si se quiere garantizar la atención personalizada que el método Pilates requiere. La supervisión individual es clave para corregir posturas y evitar movimientos que puedan generar lesiones.

Centros serios y asociaciones reguladoras

Para contrarrestar esta falta de calidad, se han creado asociaciones serias en diferentes países que buscan establecer estándares claros para la formación de entrenadores. En Alemania, por ejemplo, los instructores cuentan con una formación intensa y reconocida por la Asociación de Pilates del país. Estas organizaciones trabajan para garantizar que los entrenadores comprendan la filosofía original del método, que Joseph Pilates llamó “Contrology”: el control total del cuerpo a través del fortalecimiento de los músculos internos.

A pesar de estos esfuerzos, aún es común encontrar entrenadores sin la formación adecuada en gimnasios y centros de fitness. La falta de inversión en capacitación y equipo adecuado refleja una visión puramente comercial del método Pilates, donde el negocio se antepone a la salud de los alumnos.

Cómo identificar un buen centro de Pilates

Para protegerse de entrenadores no calificados, los practicantes deben prestar atención a ciertos detalles antes de elegir un centro de Pilates. Un estudio serio no solo ofrece clases en colchoneta, sino que también cuenta con máquinas especializadas como el Cadillac o el Reformer. Estas máquinas, aunque costosas, son esenciales para ejecutar ejercicios precisos y personalizados que respeten los principios del método.

Un buen centro también invierte en la formación continua de sus instructores, asegurándose de que estén capacitados para guiar a los alumnos de manera segura y efectiva. Pilates no es solo un nombre famoso ni una colchoneta en el suelo; es un método complejo que requiere dedicación, conocimiento y precisión.

La responsabilidad del alumno

Aunque la responsabilidad principal recae en los instructores y los centros de Pilates, los alumnos también deben ser conscientes de la importancia de elegir bien. No se trata solo de encontrar un gimnasio cercano o económico, sino de asegurarse de que el entrenador tenga la formación necesaria y pueda ofrecer atención individualizada.

La práctica de Pilates debería ser una experiencia transformadora, capaz de mejorar la postura, fortalecer los músculos profundos y aumentar el bienestar general. Pero cuando se practica bajo supervisión inadecuada, puede convertirse en un peligro real.

Pilates: un método que exige seriedad

El legado de Joseph Pilates es un método revolucionario que, bien aplicado, tiene el poder de transformar el cuerpo y la mente. Sin embargo, la falta de regulación y la proliferación de instructores sin formación han generado riesgos que no deben ser ignorados. Para que Pilates siga siendo un método seguro y efectivo, es fundamental que los instructores reciban una formación profesional y que los centros de entrenamiento apuesten por la calidad.

Elegir un buen centro y un instructor calificado no solo garantiza resultados positivos, sino que también protege la salud de los practicantes. Al final, la clave está en recordar que Pilates es mucho más que una tendencia: es una disciplina que requiere seriedad, compromiso y respeto por sus principios originales.

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