¡Ay, amigos! Llegan las fiestas, ese maravilloso período del año donde nos convertimos en profesionales del atracón. ¡Es una tradición! Desde la abuela con sus croquetas “ligeritas” (como piedras) hasta el turrón que parece tener vida propia y te llama desde la despensa a las tres de la mañana. ¡Es una locura! Uno intenta resistirse, ¡pero es como luchar contra un ejército de gambas al ajillo! ¡Imposible!
Y claro, entre plato y plato, las reuniones familiares… ¡Madre mía! El cuñado que te cuenta el mismo chiste por décima vez, la tía que te pregunta cuándo vas a tener nietos (¡como si fuera tan fácil!), y tú, ahí, con la boca llena de polvorón, intentando sonreír y asentir. ¡Un auténtico show!
La Comida: ¡El Campo de Batalla de Nuestro Estómago!
Aquí es donde la cosa se pone seria, ¡muy seria! La mesa se convierte en un campo de batalla donde luchan el jamón, el cochinillo, el turrón, el mazapán… ¡Una guerra sin cuartel! Y nosotros, ¡los soldados más valientes! ¡Con el tenedor en mano y el estómago preparado para la contienda! ¡Es una heroicidad! Bueno, heroicidad… más bien gula. Pero, ¡eh!, ¡es Navidad! ¡Hay que perdonarse!
Luego, claro, vienen los remordimientos… ¡Pero ya es tarde! ¡El daño está hecho! El botón del pantalón está a punto de salir volando como un cohete espacial y la báscula… ¡Mejor ni hablar! ¡Es un aparato del demonio! ¡Marca números que ni la lotería! Pero, ¡tranquilos!, ¡que para eso está el año nuevo! ¡Para ponernos a dieta… hasta la próxima Navidad!
¿Deporte? ¿Eso se Come?
Y llegamos al tema del deporte… ¡Ay, Dios mío! ¿Deporte en Navidad? ¿Estamos locos? ¡Con el frío que hace! ¡Con lo a gusto que se está en el sofá con la manta y la chimenea (o la estufa, para los que no tenemos chimenea)! ¡Eso del deporte es para los guiris! ¡Nosotros somos de sofá, manta y peli! ¡Y si acaso, un paseíto para bajar la comida… y volver al sofá!
Pero bueno, si alguien se anima a hacer algo de ejercicio, ¡olé por él! ¡Que se vaya a correr con el frío que hace! ¡Yo lo animaré desde el sofá, con una taza de chocolate caliente y un buen trozo de roscón de reyes! ¡Que cada uno disfrute las fiestas a su manera!
En Resumen: ¡Que Viva el Sofá y la Buena Comida!
En definitiva, las fiestas son para disfrutar, para reír, para comer (¡y mucho!), y para estar con la familia y los amigos. ¡Ya habrá tiempo para el gimnasio y las dietas! ¡Ahora toca disfrutar! ¡Que viva el sofá, la buena comida y las fiestas! ¡Y que la báscula nos pille confesados!