Desgarramiento de un ligamento: las primeras semanas después de la intervención

Desgarramiento de un ligamento: las primeras semanas después de la intervención

Los primeros días después de la operación son los más fáciles. Tienes que estar en reposo con la pierna alzada. Eso es todo. Aunque la verdad es que no se te podría pedir más. El cuerpo tiene que recuperarse de una operación grave. La cicatriz tiene que cerrar antes de empezar con la rehabilitación. El tiempo de convalecencia varía para cada paciente. Se necesita paciencia. Paciencia y confianza con el doctor. Sigue sus consejos y recomendaciones al pie de la letra. Y de paso otro consejo: el proceso de curación se acelera enormemente sin alcohol y cigarro.

La hinchazón

Es de suma importancia que la rodilla recobre su forma. En primer lugar, porque es un signo de que no hay más inflamación. La hinchazón impide la movilidad que tiene que recuperar la rodilla. Haz todo lo que esté a tu alcance para bajar la inflamación. Por ejemplo, es importante no parar de tomar medicamentos contra el dolor como el Diclofenaco (claro, siempre y cuando te lo haya recetado el doctor). No sólo atenúa el dolor, sino también inhibe la hinchazón. Mantén siempre que puedas la rodilla alzada, apoyada sobre algo. Lo ideal es acostarse de espaldas de manera que el tronco y el corazón estén a un nivel más bajo que la rodilla. Esto ayuda al sistema linfático, encargado de transportar todas las sustancias nocivas procedentes de la rodilla convaleciente. Por eso, también se recomienda drenar el sistema linfático con la ayuda de un fisioterapeuta. Él te explicará bien la técnica.

Es posible “purificarse” en casa. No menosprecies los remedios caseros: compresas de requesón frío han surtido en más de una ocasión buenos efectos. Cuidado, no las apliques hasta que haya cerrado la cicatriz, ya que la herida se podría infectar. Un producto 100% natural, en el que confían muchos deportistas, es la curación natural conocida en algunos países anglosajones como “Retterspitz äußerlich”. Las botellas se pueden adquirir en las farmacias. Impregna una toalla con la solución y aplícala en la rodilla.

La flexión

Tienes que lograr flexionar la rodilla a 90 grados para poder caminar correctamente y hacer los ejercicios complicados de rehabilitación. Los movimientos activos y pasivos dependen de tu condición física. En lo que respecta a los movimientos pasivos, deja que la pierna sea flexionada guiada por un carril deslizable. El ángulo deseado lo puedes ajustar y aumentarlo poco a poco. Haz este ejercicio diario, por lo menos 30 minutos. Para los ejercicios activos, mueve tu rodilla en las primeras semanas de preferencia colocando el tobillo en una superficie lisa; flexiona y estira la rodilla hasta donde te sea posible. Aquí también es importante tomar en cuenta la condición física. Para de flexionar y estirar la rodilla en cuanto sientas dolor, no la forces. Ejecuta los ejercicios 3 x 20 repeticiones, hasta alcanzar la meta de los 90 grados.

El estiramiento

El estiramiento es casi tan importante como la flexión – y muchas veces mucho más difícil de lograr. Coloca una toalla gruesa, doblada bajo tu rodilla y tensa el músculo. La corva deberá oprimirse automáticamente hacia abajo contra la toalla. Con perseverancia llegará el día en que podrás alzar el pie. Esto significará que has ganado la batalla pero todavía no la guerra. Tarde o temprano lograrás el estiramiento completo a 0 grados, pero es preciso ser paciente y perseverante.

Movilización de la herida y conglutinación

La rodilla presenta una herida superficial y una articulación lastimada. Para sustituir el ligamento se han hecho injertos del tendón rotuliano o el músculo semitendinoso, se ha perforado el hueso con tornillos absorbibles, se han retirado partes de los meniscos y se han perforado canales en el muslo. En resumen, hay heridas en toda la rodilla que tienen que sanar y cicatrizar. Esto tiene como consecuencia conglutinaciones. Pídele a tu fisioterapeuta que las trate, es doloroso pero sumamente importante.

Tanto la cicatrización como la conglutinación pueden comprometer la movilidad de la rodilla o impedirla si no son atendidas a tiempo y además pueden surgir hinchazones. En las primeras cuatro semanas tiene prioridad que la hinchazón desaparezca, que la flexión llegue hasta los 90 grados y el estiramiento a 0 grados. La movilización de la herida es también importante, al igual que el tratamiento de la conglutinación. La regeneración del músculo es importante pero puede esperar hasta la rehabilitación. Los ejercicios de fuerza resultan mucho más fáciles cuando la rodilla ha recuperado su forma y la flexibilidad.

0 Comentarios