Desgarramiento de un ligamento: ¿cuál operación es la mejor?

Desgarramiento de un ligamento: ¿cuál operación es la mejor?

¿Tengo que operarme el ligamento?

Esta pregunta tiene una respuesta muy sencilla. Si bien es cierto que normalmente los desgarramientos de un ligamento se operan, lo más razonable es cuestionarse si de verdad vale la pena, y esto depende en gran parte del paciente. La edad, el tipo de vida, deportes practicados, peso y sobre todo la estabilidad de la rodilla son factores decisivos. Se dice que existe siempre un alto riesgo de contraer artrosis en caso de no llevar a cabo la operación. Y no es exactamente fácil llevar una vida normal con artrosis debido a los dolores.

Pero por otro lado, operar un desgarramiento en la rodilla, en personas de edad, no automáticamente disminuye considerablemente el riesgo de contraer artrosis, pues la rodilla tal vez ya está desgastada. Además, las personas de edad normalmente no practican deportes de contacto físico o bruscos como fútbol, balonmano o baloncesto. En este tipo de disciplinas deportivas y también en las artes marciales, la estabilidad de la rodilla es imprescindible. Se recomienda normalmente la operación a los deportistas que practican estos deportes.

Es el mismo caso para los pacientes pasados de peso, ya que la rodilla se desgasta más rápido debido a la carga sobre la rodilla. Las personas que tienen una gran estabilidad en las rodillas, que además no juegan deportes duros y que andan por los 50 o más, pueden prescindir de la operación si el doctor así lo considera correcto. Desgraciadamente no hay estadísticas claras sobre el riesgo de contraer artrosis en caso de no operar un desgarramiento, ya sea porque no fueron detectados o porque no se llevó a cabo la operación.

Operación: el músculo semitendinoso

Esta operación consiste en extraer del músculo semitendinoso un injerto de aproximadamente 20 cm de largo. Este injerto se reduce a tan sólo 2 cm, pero de un grosor del dedo meñique. Esta técnica es hasta hoy la única forma de lograr la constitución de un ligamento sano. Para retirar el músculo semitendinoso se hace un corte abajo de la rodilla de 4 a 5 centímetros de largo. El ligamento desgastado se retira por medio del procedimiento quirúrgico artroscopia. Para colocar el injerto, se hace un canal arriba de la rodilla por donde se insertará el “nuevo ligamento”. El injerto se fija por arriba y por abajo con tornillos absorbibles. La gran ventaja de esta técnica es la alta aceptación del cuerpo al nuevo ligamento. La desventaja se verá durante la rehabilitación. Es posible caminar con muletas y no se puede sobrecargar la rodilla a más de 10 kg de peso durante esta fase. Durante este tiempo el músculo se deteriora, este problema se puede tratar después a través de un entrenamiento penoso.

Operación: tendón rotuliano

Esta operación se basa en el mismo procedimiento quirúrgico artroscopia. El tendón rotuliano pasa por la rótula y debido a sus características, fuerte e importante, se utiliza como sustituto del ligamento dañado. Este tipo de intervención consiste en cocer el tendón en la articulación de la rodilla y se fija con tornillos absorbibles. La gran ventaja es la fijación fácil y rápida. El paciente puede empezar con la rehabilitación en unos cuantos días, ejerciendo una carga moderada sobre la rodilla. Otra ventaja es que la musculatura no se deteriora tanto como en otros casos. La desventaja es que la incisión quirúrgica se realiza en un tendón sano (en este caso el rotuliano). El resultado es que el paciente tiene después de la operación un ligamento rasgado y además el tendón rotuliano alterado. No está documentado que este tipo de operación tenga consecuencias en la rótula o en el tendón rotuliano a largo plazo, sin embargo, la incisión en un ligamento sano no es nada recomendable. Las personas, como educadoras de párvulos o colocadores de pisos, que trabajan mucho tiempo de rodillas, deben elegir otro tipo de operación. La incisión así como la cicatriz causarán molestias por bastante tiempo, si el paciente está de rodillas frecuentemente.

Alternativas a la cirugía

Existen alternativas a la cirugía para tratar los desgarramientos de ligamentos. Entre ellas se encuentran la fisioterapia, el uso de ortesis y la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP). La fisioterapia puede ayudar a fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y mejorar la estabilidad articular. Las ortesis pueden proporcionar soporte adicional y reducir el riesgo de nuevas lesiones. La terapia con PRP utiliza las propias plaquetas del paciente para promover la curación y reducir la inflamación. Estas alternativas pueden ser efectivas para algunos pacientes, especialmente aquellos que no practican deportes de alto impacto.

El momento oportuno

Los pacientes asegurados no tienen la posibilidad de elegir la fecha de la operación. Las listas de espera son frecuentes. Una operación tardía tiene la desventaja de que la rodilla dañada sane antes y luego sea lastimada a causa de la operación. Paradójicamente, la sanación del desgarramiento tiene una ventaja. El paciente tiene la mejor sensación de su cuerpo y después de unos meses puede saber muy bien si la rodilla ha recobrado su estabilidad. Con suerte, la operación no sea más necesaria.

Rehabilitación y recuperación

No importa la decisión que tomes: Nada tiene sentido sin una buena rehabilitación y un entrenamiento del músculo. La rehabilitación intensiva es imperativa, la voluntad del paciente es importante ya que tiene que esforzarse y no comenzar inmediatamente con una carga muy pesada para la rodilla. La recuperación después de una cirugía de ligamentos puede variar, pero generalmente toma de seis a doce meses. Durante este tiempo, es crucial seguir las recomendaciones del fisioterapeuta y evitar actividades que puedan poner en riesgo la rodilla.

En resumen, tanto la operación del músculo semitendinoso como la del tendón rotuliano tienen sus ventajas y desventajas. La elección de la mejor opción depende de varios factores, incluyendo la edad, el estilo de vida y la estabilidad de la rodilla del paciente. Además, existen alternativas no quirúrgicas que pueden ser efectivas para algunos pacientes. La clave para una recuperación exitosa es una rehabilitación adecuada y un compromiso con el fortalecimiento muscular y la estabilidad articular.

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